Desde finales del siglo XX, los metales estratégicos y las tierras raras se utilizan en numerosas aplicaciones, y la mayoría de ellos son irreemplazables y esenciales para el funcionamiento y desarrollo de tecnología de última generación en todas sus manifestaciones. En total son 17 metales – entre los que se encuentran el Cerio, el Terbio, el Galio, ..entre otros- que han servido para producir la mayoría de productos que se utilizan en el día a día. Televisores de plasma, teléfonos inteligentes, tabletas o incluso lavadoras y coches híbridos cuentan con algunos de estos minerales entre sus piezas.
Existen tres puntos clave por los que invertir en este tipo de productos esta considerado una interesante alternativa:
Materias primas del futuro
A medida que la tecnología avanza, los usos industriales de las tierras raras que se están descubriendo son mayores. Tal vez no lo sepa, pero en su bolsillo podría encontrar la mitad de estos componentes sólo en su teléfono móvil. Y es que estos metales son la conexión más directa que podemos encontrar entre la naturaleza y la alta tecnología.
Incremento de la demanda y oferta limitada
Las tierras raras son metales limitados, difíciles de producir y cada vez más caros de extraer. Saber que la demanda está creciendo poco a poco supone el marco perfecto para provocar al mercado y ejercer una presión permanente sobre los precios. La mayoría de tierras raras están en el suelo Chino y Estados Unidos, pero China ostenta casi el monopolio de la producción, con el 97 % de concentración de tierras raras. Así pues, el aumento de precios depende de China, y esta está protegiendo su pequeño -gran- tesoro bloqueando su exportación fuera del país asiático. Dado que los actores del mercado son muy pocos y los suministros de materias primas están estrictamente controlados, los clientes no pueden ejercer presión sobre los precios porque hay muy poca competencia. A todo esto el Gobierno Chino ha añadido otros aspectos que influirán el precio de las materias primas, como son: la progresiva eliminación de la minería ilegal, restricciones ecológicas que obligan a los extractores a tomar medidas que encarecen el producto final y por último los problemas medioambientales que esta empezando a sufrir el país por los que van a exigir filtros anticontaminación (que consumen tierras raras) y limitar los puntos de extracción ya que estos se convierten en terreno baldío.
Libertad de precios: la ley de la oferta y la demanda
Los precios del mercado de tierras raras no están regulados por ninguna institución ni cotizan en el mercado de valores. Consecuencia de ello es que los precios de mercado no se ven afectados por ninguna crisis política o financiera. Además, a diferencia de las inversiones en oro, acciones u otros valores financieros que cotizan en el mercado de valores, su inversión no será especulativa. Por tanto, los precios del mercado de sus metales solo fluctuarán según la ley de la oferta y la demanda.
Tenga en cuenta que en la actualidad, las tierras raras son insustituibles en la mayoría de sectores de la industria (alta tecnología…). Si los precios se disparan, la demanda no se interrumpirá por la sencilla razón de que estos elementos son irreemplazables y las industrias que los necesitan no pueden continuar su producción sin ellos